viernes, 7 de marzo de 2008

LAS MUJERES DE VERDAD TIENEN CURVAS


Titulo original: Real women have curves
Dirección: Patricia Cardoso
Guión: George LaVoo y Josefina Lopez
Fotografía: Jim Renault
Música: Heitor Pereira
Montaje: Sloane Klevin
Interpretes: América Ferrera (Ana), Lupe Ontiveros (Carmen), Ingrid Oliu (Estela), George
López (Sr. Guzman), Brian Sites (Jimmy)
País: Estados Unidos
Año: 2002
Genero: Comedia /Drama
Duración: 90 minutos

Las mujeres de verdad tienen curvas narra la historia de Ana una adolescente mejicano-americana que vive con su familia en un barrio latinoamericano en el este de la ciudad de los Angeles. La joven de 18 años acaba de graduar-se en el instituto y ahora tiene que enfrentar-se a la realidad sociocultural de su familia para decidir sobre su futuro.

Ana sueña con ir a la Universidad, algo que sus padres no ven oportuno desde su mentalidad tradicional. La difícil etapa que atraviesa Ana, la mala relación que mantiene con su madre y las imposiciones de la realidad cultural en la que se ve inmersa, alientan sus ganas de cambiar de vida, de ir en busca de un futuro mejor, un futuro que esta a su alcance pero que se ve retenido por la lealtad que la joven siente hacia su familia.

El trabajo se amontona en el taller de costura de su hermana mayor, Estela, y se ve obligada a trabajar con esta y con su madre para ayudar-las a terminar un pedido de vestidos a tiempo, y así que el negocio no fracase. Ana se indigna ante el trabajo que requieren esos elegantes vestidos, vestidos que son para mujeres delgadas y con una vida muy distinta a la suya, y que luego son comprados por un precio ridículo en comparación con el que se vende en las tiendas. Durante este periodo Ana vive su primera historia de amor con un chico de su clase del instituto, Jimmy, con el que pierde su virginidad. Este acto reafirma a Ana en su postura, le ayuda a sentir-se más cerca de la mujer que quiere llegar a ser, lejos de las noción retrogradas y los estereotipos que su tradicional familia, en concreto su madre, intentan imponer-le.

A medida que pasa el tiempo Ana aprende a valorar el trabajo de su hermana en la fábrica y el talento que esta tiene. La chica, que poco a poco se va convirtiendo en una mujer, también aprende valorar-se a sí misma, así como a aceptar y estimar su apariencia física. La joven Ana enseña entonces a sus compañeras de la fábrica a querer sus cuerpos rellenos y a estar orgullosas de todo aquello que les hace ser ellas mismas.

Finalmente, Ana se da cuenta de que la mentalidad de su madre y la suya son demasiado dispares y que, por tanto, solo les queda la tolerancia mutua. Así pues, decide atender a sus deseos y seguir el camino que le llevara hacia el futuro que tanto anhela.

La historia de Ana es el reflejo de una realidad cotidiana. De la realidad los millones de hijos de inmigrantes latinos que viven en Estados Unidos y que se ven obligados a librar una batalla entre las dos realidades socioculturales que imperan en el entorno en el que han crecido.

Las mujeres de verdad tienen curvas es la Opera Prima de la directora colombiana Patricia Cardoso en la que podemos percibir una clara intención reivindicativa de los derechos de la mujer en contextos un tanto marginales. Detrás de esta intención se puede entrever el compromiso de la directora de romper con los estereotipos socioculturales en los que se ve envuelta la mujer en ciertas comunidades, así como en el propio cine, y el compromiso, también, de generar auto imágenes. Auto imágenes que muestran una realidad social que a menudo se ha visto marginada en la historia del cine por los estereotipos. Afortunadamente, estas imagenes van ocupando su lugar en el séptimo arte, aproximadamente desde la década de los cincuenta y sesenta.

Personalmente encuentro esta película como un ejemplo de lo que es el cine, a parte de ficción, es decir, un vehiculo de comunicación social que debe atiender las necesidades de todos y que sirva para reivindicar aquello que merece ser gritado al mundo, como la igualdad y los derechos de la mujer. Patricia Cardoso consigue representar esto de forma muy eficaz en este largometraje. Dejando de lado aspectos más sociologicos debo decir que es un verdadero placer ocupar 90 minutos de nuestra cotidianidad acercandonos a la cotidianidad que nos brinda Patricia Cardado en Las mujeres de verdad tienen curvas. A través de una trama realista, las imagenes se van configurando sin demasiadas peripecias pero con mucha dignidad. Planos descriptivos y planos narrativos, predominantemente, nos van guiando de forma lineal hacia la comprensión de un todo con un ritmo lento pero sin pausas que nos empuja a seguir la historia de Ana con las emociones que esta merece. Impotencia; contradicción de valores y deseos; superación; autoestima, y justicia, son los ingredientes que, en su justa medida, consiguen dejarnos un agradable sabor de boca.
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No se trata de una gran película a nivel técnico o narrativo, se trata de una buena película a estos niveles, por su acertada simplicidad, y de una buena película a nivel “moral” por los justos valores que intenta, y consigue, transmitir, haciendo sentir a cualquier mujer como se merece, ni más ni menos, consciente y segura de su valor, sus derechos y de sus posibilidades.
Tania
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